sábado, 26 de octubre de 2013

Valores

INTRODUCCIÓN. 


En el siguiente texto hablaremos sobre los valores.
Abordaremos la definición y ejemplificación de los valores universales, cívicos y éticos. También desglosaremos los valores que seguimos dentro de nuestro núcleo familiar, así como la postura que tiene la educación hacia este término, para concluir con un artículo  que nos hablara del valor de la libertad y su contraparte el libertinaje.













DESARROLLO 
LOS VALORES UNIVERSALES
CÍVICOS Y ÉTICOS
Los valores están presentes en el organismo, La personalidad, la sociedad y la cultura humana. Los valores no son normas de conducta, Las normas son regla para comportarte de un modo determinado. El termino valor no lo poseen los objetos en sí. Si no que estos lo adquieren gracias a su relación con el hombre, con el ser social. 
Todos los seres humanos independientemente del grado cultural y de civilización poseemos un sentido ético o moral. Este sentido está ligado a los actos voluntarios pues los calificamos como buenos o malos. La culminación del acto moral, así como también de los sistemas éticos, se logran al elegir las finalidades que se realizaran en la vida. Son valores y reciben ese nombre por contener el valor que los hace deseables.
Las virtudes éticas se refieren especialmente a la actitud moral. Los valores éticos no son los bienes si no los de las personas y sus actos. No residen en las cosas sino en la voluntad, las intenciones y los propósitos. Las virtudes prácticas tal como su nombre lo indica corresponden a la ejecución de la conducta, y sirven para vencer las contingencias y obstáculos de la vida.
La Honradez
De las virtudes la que se ha tenido en el mayor aprecio es la que prohíbe al individuo apoderarse de los bienes ajenos. Aunque este valor se desarrolla en una esfera económica también se aplica a otra clase de pertenencias. Y más ampliamente a la observancia de una conducta apegada al deber. La honradez también incluye el mantenimiento de una persona o compromiso y nunca intentar abusar de la confianza que depositan en su persona y sus actos. Un ejemplo clásico es la de un empleado fiel que pasa. Toda su vida al servicio de una empresa exitosa manejando grandes cantidades de dinero que pudiera tomar sin embargo, esto no ocurre a pesar de que su salario le coloque en situaciones precarias.
La Bondad
La principal virtud moral es la bondad, virtud por anatomía valor supremo de la conducta. La moral es realización de lo bueno .De manera simple podemos afirmar que la bondad es la virtud de ejecutar el deber, por tanto el hombre bondadoso realiza en actos sus convicciones manteniendo una insobornable lealtad consigo mismo y con el prójimo. 

La Modestia
Esta virtud generalmente se entiende como un señalado recato y hasta cierto punto inhibición por las expresiones de sí mismo; un individuo modesto es el que no hace gala de sus bienes o facultades esta virtud es la consideración de no lastimar al prójimo con un desplante que pueda causarle daño.
La Solidaridad
La voluntad de ayudar a los que necesitan y comprometieres con sus problemas es la definición del valor de la solidaridad. La importancia de dicha virtud esta fuera de toda duda, dado que toda sociedad humana cuenta con sectores que siempre requieren ayuda. En la actualidad, muchos ejemplos de solidaridad se dan en nuestro país, resaltando por su circunstancia, la ayuda que se da cada invierno a las poblaciones tarahumaras del norte del país.
La Amistad Y El Amor
Los individuos se integran en una unidad básica que se la familia y dentro de ella surge un sentimiento espontáneo y reciproco llamado amor, siempre está presente; el amor crece cada día y es la fuerza moral que une a las familias y las capacita para resolver las dificultades toque enfrentar.  El valor de la amistad estriba en que personas diferentes crean lazos afectivos, dentro de esta relación surge un espíritu de respeto que nos permite tratar con cariño y dulzura a nuestros amigos. Pues gracias a ellos nos resuelven algunos problemas económicos y nos orientan a lo largo de toda la vida, comparten su visión personal y gozan con nosotros de nuestras ocurrencias, el juego, el esparcimiento, el descanso, el buen humor e incluso la ironía.
El Amor
Es un sentimiento abierto y positivo que se experimenta con respecto a otros individuos o también a otros seres como animales o plantas. El amor es una fuerza de unión y armonía que mueve las cosas y las mantiene juntas amar y ser amado es placentero para los seres humanos, a través del amor suele obtenerse seguridad, confianza en sí mismo y alegría al saberse importante, para otra persona. Además el amor cubre ciertas necesidades como la comunicación, la convivencia, la recreación y el aprendizaje. El amor no solo está presente entre los individuos como pareja, si no el amor entre amigos, el amor a objetos, el amor por ciertas actividades, el amor al prójimo y a dios.

La Amistad
Es una relación voluntaria, íntima y duradera, predominan en ella otros valores, tales como la solidaridad, el desinterés la reciprocidad y la independencia de diferencias sociales.
La Verdad
La verdad se ha fomentado siempre y quien la cultiva es considerada como una persona de alta calidad humana y moral. Los conocimientos no simplemente se explican, sino también se aplican al mejoramiento humano. Cuando el saber es producido con esta intención se realiza una virtud que se designa como veracidad, indicando la virtud de buscar la verdad como valor humano; el investigador o descubridor impulsados por la veracidad son capaces de promover debidamente la mentira pues la sabiduría es un valor del espíritu de ciertos hombres.
Consiste en decir siempre la verdad esto es decir lo que se cierto, lo que se autentico y conforme a lo que sucede, como son las cosas sin aumentos ni disminuciones la verdad implica ser sincero, real hablar con la verdad implica a los seres humanos credibilidad y confianza para los demás lo que permite ser respetados y reconocidos como personas en las que se puede confiar.
La Prudencia
Es la capacidad que poseen los hombres para orientar su actuación en base al uso de la razón. Esto quiere decir que ante todo la razón debe gobernar los actos de las personas y no el sentimiento. La prudencia permite a los hombres perfeccionar sus propias actividades y perseguir su propio bien respecto al fin común de los que le rodean y de su vida misma.
La prudencia gobierna a todas las demás virtudes y su función elemental es la de conocer los fines o propósitos para actuar de una manera correcta. Lleva a los hombres a tomar decisiones efectivas que aseguran éxito y buenos resultados, cuando se es prudente imponiendo la razón a nuestra existencia, las determinaciones tomadas estarán Muy lejos de las apariencias, ficciones y engaños que suelen presentarse. En la vida cotidiana esto lleva a lograr seguridad confianza en sí mismo y aplomo para decidir y actuar cuando la razón predomina en nuestros actos se logra reducir los errores y fallas que se cometen.

La Responsabilidad Y Deber
La Responsabilidad es la virtud humana de responder con formalidad de ser capaz para tomar decisiones de dirigir una actividad de organizar a un grupo o de coordinar un todo. Los seres responsables se caracterizan por imprimir a sus acciones seriedad, comprometiéndose consigo mismos y con los demás una actitud responsable es granita de buenos resultados. El deber es todo aquello que puede ser exigido a una persona como cuando se exige una deuda, la palabra deber proviene del latín debitum que significa aquello. Ser responsable implica cumplir con nuestros deberes ya sean, jurídicos, sociales o morales. Los términos responsabilidad y deber suelen utilizarse como sinónimos de obligación

La Fortaleza
Es la virtud que permite a los seres humanos moderar y dominar sus pretensiones, ambiciones e impulsos respecto a metas y objetos difíciles de obtener, esta virtud permite actuar con determinación, firmeza y audacia, sin dudas ni titubeos al momento de tomar decisiones simples o complejas aquellas que se refieren a situaciones que representan un gran peligro o temor como la muerte. El hombre con fortaleza puede vencer todos los peligros, obstáculos y penas que se le presenten, será perseverante, paciente y generoso sinónimos de fortaleza son el vigor, la energía, la resistencia y la lozanía.
La Lealtad
Se puede definir a la lealtad como un sentimiento o actitud de adhesión a algo que se externó a uno mismo. Este sentimiento es acompañado de un deseo por apoyar o actuar a favor de aquello a lo que se es leal y bajo condiciones que incluso exijan cierto sacrificio .La lealtad es voluntaria 

La Libertad
La Libertad es una de las virtudes más reconocidas y apreciadas por todos los seres humanos, no solo como facultad de desplazarse y de transitar sin impedimento, sino también como el poder para actuar y no actuar, para pensar y expresarse de tal manera, para decidir qué hacer y cómo hacerlo .La Libertad se siente en la medida que se hace lo que se quiere.

La Caridad
La Caridad es la dedicación activa a fin de promover la felicidad y el bienestar de los demás con el objeto de lograr esa felicidad y bienestar de tal manera total y no solo eliminar la miseria. Aportar donativos es una acción muy aceptada por la gente permitiendo que muchas instituciones dependan parcial o totalmente de ellas para realizar sus acciones filantrópicas.  Se suelen organizar colectas como la cruz roja.
La Justicia
Es la virtud de dar a cada quien lo suyo. Se considera que el trasgresor de la ley es injusto, mientras que quien actúa conforme a la ley es justo. Para que su carácter sea aceptable, deberá respetar a los demás miembros de la sociedad a la que pertenece y acatar las normas de esa comunidad .La Justicia es una condición necesaria para que las relaciones humanas se desarrollen armónicamente en un ambiente de respeto, igualdad, rectitud y estabilidad. Es la virtud entera y perfecta: Entera porque comprende a todas las demás virtudes y perfecta porque el que la posee puede servirse de ella no solo en relación consigo mismo, sino con los demás.
La Igualdad
Se refiere al trato que todas las personas deben recibir todos los hombres somos igualmente valiosos e importantes sin tomar en cuenta la raza, el sexo, la posición económica, la religión o la inteligencia. Relacionadas de manera estrecha con la imparcialidad están, la indiscriminación. La Igualdad de oportunidades, como la educación o el empleo, que deben distribuirse de modo igualitario entre todos los individuos. El articulo 1* de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano establece que todos los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, mientras que el articulo 7* declara iguales a todas las personas para recibir dignidades, cargos y empleos públicos según su capacidad y sin más distinción que la de sus virtudes y méritos.
La Templanza
Si la fortaleza es la virtud de moderar las ambiciones e impulsos respecto a situaciones difíciles. La templanza lo es respecto a las metas u objetos de fácil obtención, la templanza debe moderar las tendencias más fuertes de los impulsos que hacen desear una cosa en el hombre, pues dichas inclinaciones siguen intenciones de la misma naturaleza: La alimentación y relaciones sexuales. La capacidad de moderación y control que otorga la templanza permite a los hombres lograr un equilibrio, entre la exageración de estas pasiones y la anulación total de ellas. Pues no se trata de negar su valor sino ubicarlo correctamente dentro del contexto general de las acciones humanas. Sinónimos de templanza son: La continencia, la moderación, y la sobriedad.
La Persona Integra
Una persona íntegra es la que cumple con su deber en cualquier circunstancia y durante de toda la vida. La integridad no es una virtud momentánea, es el cumplimiento del deber de manera prolongada la cual matiza para siempre la personalidad del individuo. La integridad consiste en aceptar un deber y apegarse a él en todos los actos de la vida. La integridad de una persona origina que la vida social de este individuo alcance los más altos elogios que una sociedad puede brindar.
La Fidelidad
Valor que se extiende como la acción de no traicionar la confianza que nos deposita y permanecer a lado de lo que prometimos. La persona fiel encuentra en el cumplimiento de su deber una fuerza moral, que le une a sus compromisos y a las personas con las que estableció una relación social. Dentro de las virtudes éticas encontramos otros valores, como son: La racionalidad, la lealtad, la erudición la buena voluntad, la seguridad, la cortesía, la disciplina, la caridad, la confianza, la paciencia y el respeto. Toda sociedad anhela una vida más justa para sus miembros y una convivencia de calidad. 

LOS VALORES FAMILIARES

Entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas.  La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social. Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:




La alegría:
La alegría es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el compartir los logros y éxitos de los demás.  En el fondo lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un lado, buscando el bien y compartir con el otro. Cuando nos centramos en nuestras preocupaciones y no estamos dispuestos a ayudar a los que nos rodean somos egoístas. El egoísta no suele ser una persona alegre. Es en este darse a los demás miembros de la familia donde se obtiene la alegría. La alegría no depende de las circunstancias o de las facilidades que puede presentar la vida y tampoco consiste en tener cosas. Este valor tiene su fundamento en lo profundo de la persona, no es sino la consecuencia de una vida equilibrada, de una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos, el tener una mente y un cuerpo sanos.
La generosidad:
La generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar. Entendiendo por generosidad el actuar en favor de otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras, por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.
El respeto:
El respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones, éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Es en la familia donde el niño aprende que tanto él o ella como sus ideas y sentimientos merecen respeto y son valorados.
La justicia:
La justicia se fomenta en el seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la misma. Recordemos que la justicia consiste en dar a cada uno lo que les corresponde. Una persona que se esfuerza constantemente por respetar los derechos de los demás y le da a cada uno lo que debe, tiene la virtud de la justicia.

La responsabilidad:
La responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy claras. Por ejemplo, el niño debe tener claro que es su responsabilidad la calidad y el esfuerzo en sus estudios, que debe poner el mayor trabajo y empeño en esta actividad, en beneficio propio y en respuesta a la oportunidad que le brindan sus padres.
El desarrollo de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo, esto con vistas a la participación de los hijos en la vida familiar primero, y a la vida en sociedad después, de una manera responsable y autónoma.
La lealtad:
La lealtad surge cuando se reconocen y aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal manera que se busca fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los valores que representan. La aceptación y el reconocimiento de este vínculo no se centra hacia el futuro, como una posibilidad, sino que es una realidad actual. Este vínculo no pasa con el tiempo, es profundo, suele madurar y fortalecerse a la larga.
Es en la familia donde surgen y se fortalecen este tipo de vínculos, por ejemplo, un niño pequeño aprende a ser leal al esforzarse por ayudar a los demás, al procurar hacer todo lo que pueda para cumplir con lo que sus padres le dicen que es bueno. Se muestra lealtad entre los hermanos al apoyarse, defenderse y ayudarse ante las dificultades, ante la amenaza de personas o circunstancias ajenas a la familia. Conviene aclarar que ser leal a los papás, por ejemplo, no significa aprobar una conducta errónea de los mismos, sino el respetar y cuidar su buen nombre, se trata de ser sincero con ellos, además de ayudarlos a superar las dificultades. Lo mismo ocurre al ser leal a la patria, esto no supone ocultar o negar los males y deficiencias que en ella puedan existir, sino el proteger, reforzar y participar en la vivencia de los valores de la misma.
La autoestima:
La autoestima es uno de los valores fundamentales para el ser humano maduro, equilibrado y sano. Este valor tiene sus raíces y fundamentos en el núcleo familiar. Se entiende por autoestima la visión más profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos. Desde niños vamos construyendo el concepto de nosotros mismos de acuerdo a los mensajes recibidos de nuestros padres, hermanos, familiares, amigos y maestros. Es la suma de la autoconfianza, el sentimiento de nuestra valía personal y de nuestra capacidad. Ésta se basa en la variedad de pensamientos, sentimientos, experiencias y sensaciones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida, pero principalmente a lo largo de nuestra infancia y adolescencia.
Si queremos construir una personalidad fuerte y equilibrada, es de vital importancia que como padres hagamos sentir a nuestros hijos que son dignos de ser queridos con un amor incondicional, es decir, no condicionado a su comportamiento, calificaciones o actitudes.
Elevar la autoestima de nuestros hijos es de vital importancia, ya que contribuimos a que desarrolle la convicción de que es estimado y valorado, que es competente para enfrentarse a la vida con confianza y optimismo, y que es merecedor de la felicidad.
VALORES CÍVICOS

1. La nueva ley orgánica de la Educación
Nada más llegar al Gobierno, el partido socialista decidió cambiar la ley de Educación (LOCE), promovida por la ex ministra popular Pilar del Castillo. El baile legislativo en temas de educación es irritante. Una de las propuestas más novedosas de la nueva ley, que según Peces Barba justificaba una legislatura entera, era la introducción de una educación para la ciudadanía. La asignatura despertó recelos en la jerarquía católica, preocupada por la asignatura de religión. LaLOCEhabía dado una solución salomónica. Incluía una asignatura de ética común y obligatoria y, además, una nueva asignatura llamada sociedad, cultura y religión, obligatoria, pero con dos opciones: una confesional y la otra no confesional.
Que en secundaria se estudie el fenómeno religioso me parece sensato. El problema surgía porque esa asignatura era una exigencia para convertir en evaluable y obligatoria la enseñanza de la religión católica. Iba, por así decirlo, a remolque de ella, y eso alteraba el debate educativo. Creo que conviene separar los problemas y, cuando la polémica actual se calme, plantear la cuestión de los conocimientos religiosos que deben tener nuestros adolescentes. En
Francia, nación laica por antonomasia, el debate está abierto desde que el informe ministerial solicitado al filósofo  escritor Régis Debray recomendara la introducción de una asignatura con contenidos religiosos. Y en Reino Unido existe una “educación espiritual”.

2. La interpretación laica de la nueva asignatura
Cuando comenzó a hablarse de la asignatura, algunos grupos de carácter laicista consideraron que educación para la ciudadanía nos liberaba al fin de la influencia religiosa, que consideraban nefasta. Afirmaron la falta de sentido de la palabra Dios y cosas semejantes. Esta postura tampoco estaba justificada. En primer lugar, porque una de las obligaciones de la ética es la defensa de los valores comunes en una sociedad plural, en la que una gran cantidad de personas viven religiosamente. La ética no es laica en sus finalidades, sino en su modo de legitimación, que es otra cosa muy distinta. La moral religiosa tiene su fundamento en la revelación. Por eso, a pesar de que para los creyentes tiene un valor universal, su fundamento es válido únicamente para ellos. En cambio, la legitimación de la ética procede de la razón, que es común a todos los seres humanos.
La Declaración de los Derechos Humanos –recogida y positividad en nuestra Constitución– es una formulación, sin duda todavía imperfecta, pero legítima, de esa ética universal. Y no debemos olvidar que defiende explícitamente el derecho a la libertad religiosa, de conciencia y de culto, siempre que no atente contra derechos fundamentales.

3. La Iglesia y el derecho a la educación moral
La Conferencia Episcopal considera que esta asignatura confiere al Estado el derecho de formar la conciencia moral de los ciudadanos, cosa que atenta contra el derecho de los pesebre la nueva asignatura es el ámbito electoral. Desde la FERE se denuncia que “en este asunto hay mucha manipulación por parte de quienes quieren utilizar la educación con otros fines”.



SUPERVISIÓN Y EDUCACIÓN INCLUSIVA

Educación inclusiva para una sociedad democrática  El único modelo educativo que responde a las exigencias de una sociedad democrática, es el inclusivo. Por el mero hecho de los principios y filosofía que caracterizan la democracia: respeto a la diferencia, valoración de la misma como riqueza común, participación del conjunto de la población en las decisiones de gobierno, consideración de las aportaciones valiosas de todos los ciudadanos, práctica de la igualdad de derechos y de oportunidades..., en definitiva, una sociedad que, como cuenta con todos, debe formar a todos adecuadamente para que puedan ejercer sus derechos en todos los ámbitos de la vida y para que puedan aportar sus valores personales de crítica y creatividad que ayuden a avanzar en el camino de mejora social permanente. 
Aclarando conceptos y propuestas 
A pesar del tiempo transcurrido desde que se empezó a hablar y a conceptualizar el modelo de inclusión o de educación inclusiva, todavía es fuente de debate habitual, y también de preguntas y consultas permanentes, la distinción entre integración e inclusión educativa. ¿Qué cambios supone el paso de la integración a la inclusión, si es que se ha producido alguno? La incorporación del alumnado con necesidades educativas especiales a los centros ordinarios fue denominada integración en el comienzo de su experimentación (1985), y sólo referida a estudiantes con algún tipo de discapacidad. Esta denominación se mantuvo durante años, hasta que aparece la inclusión como novedad, en principio más por la palabra que por el cambio en los hechos, en el planteamiento del trabajo educativo con estos alumnos y alumnas. Pareció, en principio, una mera traducción literal del término inglés. Pero, pasando el tiempo y profundizando en su significado, fueron apareciendo diferencias importantes que hubo que considerar para avanzar en el planteamiento relacionado con la incorporación a la sociedad de las personas con discapacidad y, en el ámbito educativo, de su formación en igualdad de oportunidades. 
Desde mi punto de vista, la transformación que requiere el paso de integración a inclusión es esencial en la concepción del centro educativo. Cuando se habla de "integración", se pretende fundamentalmente adaptar al alumno a la situación escolar, apoyándole con los medios precisos para que desarrolle sus capacidades de la mejor manera posible; en cualquier caso, el énfasis se hace sobre el alumno, que debe integrarse en el medio al que se incorpora, si  bien se le apoya en función de sus necesidades. La "inclusión", por su parte, supone la adaptación de la escuela, es decir, la modificación de todos los elementos necesarios para que la institución sea capaz de educar al conjunto de la población, sea cuales fueren sus características personales. El énfasis pasa, de esta manera, del alumno al planteamiento institucional, desde el cual hay que revisar el funcionamiento de los factores de enseñanza y aprendizaje, las estrategias metodológicas generales, el contexto del aula, etc. Es imprescindible una escuela comprensiva, amplia, flexible, de calidad..., que ofrezca múltiples opciones a la diversidad que presente su alumnado. Diversidad de todo tipo, porque hay que advertir que el modelo no sólo es válido para los alumnos con necesidades especiales, sino para todos los alumnos: cada uno es diferente, por lo que todos requieren personalización educativa. 
La educación inclusiva supone un gran avance en las expectativas que se ponen sobre el alumnado con necesidades educativas especiales y sobre toda la población (especialmente en las etapas obligatorias, aunque no hay que abandonar el resto, pues nuestra sociedad es muy exigente y competitiva), y ya no basta con estar integrado en la escuela, sino que el profesorado, las instalaciones, el currículum, la organización, otros sectores intervinientes, tienen que configurarse para ofrecer la educación de calidad que en estos momentos se requiere. Se debería llegar a eliminar, con este planteamiento, la "etiquetación" que se asigna a los alumnos más diferentes ya sea por su capacidad o talento, por sus intereses, por su etnia, lengua o cultura. Desaparecerían de la terminología las necesidades educativas especiales, las nacionalidades, las lenguas, el nivel o ritmo de aprendizaje... Todos son alumnos que hay que educar en el Centro, atendiendo a las diferencias de cada uno. Pero sabiendo que ese Centro cuenta con las condiciones adecuadas para hacerlo y con los recursos institucionales necesarios (de todo tipo, pero especialmente los pedagógicos y profesionales). Hay que avanzar hacia el modelo inclusivo, superando las "excusas por la desigualdad de una sociedad rica" (Gordon y Green, 1975) que apoyan la escuela segregada. 
La "integración" ha sido una fase muy importante en un contexto de progreso, sin duda. Pero desde la integración a la inclusión se han subido escalones importantes, y eso es lo interesante: no ir hacia atrás. Cada una de las fases superadas supuso, en su momento, un avance, en el que hay que seguir insistiendo para llegar a una sociedad inclusiva (Herrán, 2010). Eso es lo positivo: recorrer el camino para alcanzar cada día mejores condiciones de vida en el contexto social de la 
Normas internacionales que avalan la educación inclusiva 
Una de las funciones importantes de la supervisión, como todos sabemos y practicamos, es la de controlar el cumplimiento de la normativa vigente, por lo que somos bastante aficionados a manejarla y a querer disponer de ella, para orientar el trabajo en las visitas que se realizan a los centros o para efectuar las sugerencias necesarias a la Administración. Por ello, sin ánimo de exhaustividad, pero sí de dar un panorama suficiente de la situación internacional en torno al planteamiento inclusivo de la educación, voy a citar, sin extenderme, las que considero declaraciones más importantes  como base de las actuaciones que se están llevando a cabo en los sistemas educativos de buen número de países. Sólo explicitaré alguna, más reciente, por entender que es en estos momentos cuando debe aplicarse y, por lo tanto, es objeto prioritario del trabajo de supervisión. 
Declaración de los derechos del niño (1959), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre. 
Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (1963). 
Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (1976), que apoya la importancia de la educación como imprescindible para capacitar a todas las personas y favorecer su participación efectiva en una sociedad libre. 
Declaración sobre los derechos humanos de los individuos que no son nacionales del país en que viven (1985). 
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (1990): Recomienda la formación del niño con objeto de que esté plenamente capacitado para una vida autónoma en sociedad. Uno de sus artículos se dedica expresamente a la garantía de esos mismos derechos a los niños mental o físicamente impedidos. Para garantizar su igualdad de oportunidades, aboga por implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos, por fomentar el desarrollo de la enseñanza secundaria, por hacer la enseñanza superior accesible a todos, proporcionando orientación educacional y profesional a todos los niños y adoptando medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas, reduciendo las tasas de deserción escolar.  
Declaración mundial sobre educación para todos (1990), elaborada dentro del marco de la Conferencia Mundial de Jomtien (Tailandia). 
Declaración de Salamanca (1994): La Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales: Acceso y Calidad, celebrada en Salamanca en julio de 1994, aprobó esta Declaración, de amplia repercusión internacional, especialmente en España y en el ámbito iberoamericano. Promueve un acuerdo mundial para lograr la integración en la escuela ordinaria del alumnado con necesidades educativas especiales (denominación específica para el alumnado con algún tipo de discapacidad, en aquel momento), orientando de modo claro y decidido las futuras actuaciones educativas en los Estados, mediante prestaciones especiales dirigidas a cualquier alumno que se encuentre en situación desfavorecida. Su objetivo es lograr escuelas que incorporen a todos los alumnos y alumnas, apoyándolos en función de las diferencias de cada uno y ofreciendo respuestas adecuadas a las necesidades individuales. La Declaración de Salamanca todavía continúa siendo referencia preferente en muchos países. 
Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995), celebrada en Pekín, siendo la cuarta de una serie de conferencias que pretenden superar la discriminación de la mujer en la sociedad, en todos los ámbitos de su vida y de su trabajo. 
Informe Delors (1996), elaborado por una comisión de la UNESCO creada para reflexionar sobre la educación y el aprendizaje en el siglo XXI, titulándose su publicación: La educación encierra un tesoro. 
Marco de Acción de Dakar (2000), surgido durante el foro mundial sobre la Educación celebrado en abril del año 2000 en la citada ciudad de Senegal  bajo el lema: "Educación para todos: Cumplir nuestros compromisos comunes". 
Convención internacional de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad (2006): Propone la promoción, protección y seguridad en el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por parte de todas las personas con discapacidad (en torno a un 10% de la población mundial). Su publicación pretende contribuir a que la sociedad tome conciencia de la necesidad de garantizar estos derechos, abordados en todos los órdenes de la vida, tales como justicia, salud, vivienda, libertad, privacidad, trabajo, participación en la vida política, pública y cultural, deporte, habilitación y rehabilitación y, por supuesto, educación, a la que dedica enteramente su artículo 24. Hay que destacar que es el primer documento internacional que firma la Unión Europea como tal, en nombre de todos sus Estados miembros.

Creo que no estamos en situación de concluir nada en relación con la educación inclusiva, sino de seguir trabajando, y mucho, para consolidar lo ya conseguido y ampliar las condiciones institucionales de los centros para que puedan abordarla con garantías de calidad para todos. Pero creo, también, que en España se ha avanzado enormemente en este campo a partir de 1985 como fecha aproximada, aunque ya se estaban produciendo situaciones de integración, a pesar de no estar regulada la misma. 
En estos momentos disponemos de regulación legal, nacional e internacional, que avala la línea comenzada con el alumnado que presentaba necesidades educativas especiales, y que ahora abarca a todos los alumnos y alumnas, reconociendo que cada uno de ellos es diferente al otro: intereses, estilos cognitivos, ritmos de aprendizaje, capacidades o talentos distintos, etnias, lenguas, religiones, sexo, etc. Todos nuestros alumnos son diferentes. Reconocido este principio, es obligado insistir en preservar los valores de calidad y equidad propuestos, en este caso desde la supervisión educativa, pues tiene mucho poder de influencia en el quehacer diario de los centros, su opinión es tenida en cuenta y, además, dispone de funciones y atribuciones que permiten su intervención decidida en este sentido. Hay que garantizar las condiciones de educación inclusiva a lo largo de la escolaridad obligatoria (al menos) y procurar que se mantenga en niveles no obligatorios, pues la sociedad actual exige una excelente preparación del individuo para su incorporación satisfactoria a la misma, y es el sistema educativo el que la favorece o impide. Paso a paso, siempre hacia adelante, valorando y afianzando lo positivo, se llega a la meta construyendo variados caminos por los que todos podamos transitar. 

¿QUE SON LOS VALORES?
Libertad.
Libertad es la capacidad que posee el ser humano de poder obrar según su propia voluntad, a lo largo de su vida; por lo que es responsable de sus actos.
La libertad es mi valor
Una persona libre se opone a todo lo que pretenda sujetarla a las decisiones de los demás cuando éstas invaden aspectos de su vida que no les corresponden. Al mismo tiempo, sabe acatar las reglas de su comunidad y proteger la libertad de los demás. Respeta los principios de convivencia y la dignidad de quienes lo rodean. Por otra parte, sus acciones y decisiones no están guiadas por los impulsos y no se dejan controlar por las emociones. Usan el recurso de la reflexión y el razonamiento para decidir qué les conviene hacer y miden las consecuencias de sus actos. Saben reconocer lo que sienten y no tienen temor de expresarlo: hablan con la verdad y buscan vivir en la verdad para ser independientes. La libertad no es una meta, es la búsqueda de un camino que se lleva a cabo desde la niñez y hasta la muerte.
Un rasgo que define a los seres humanos es la posibilidad de determinar por sí mismos qué forma quieren darle a su vida y emprender las acciones para conseguirlo. Puede tratarse de asuntos sencillos, cómo lo que deseas hacer esta tarde. Pero también puede tratarse de asuntos grandes y complicados, como la profesión que te gustaría tener o el tipo de familia que quieres formar. A medida que crezcas los temas a decidir serán cada vez más importantes. En cada etapa tu libertad consiste en esa capacidad de elección.
Sin embargo, tomar buenas decisiones no significa guiarte por el capricho o el deseo momentáneo, sino seguir un proceso cuidadoso. En primer lugar tienes que dedicarles el tiempo suficiente para analizarlas detenidamente. En segundo, hacer un plan ordenado para llevarlas a cabo. En tercero, considerar cómo afectan a los demás y su propia libertad. Estos pasos aseguran que tus decisiones libres sean decisiones responsables para contigo mismo y los otros. Conquistar la libertad consiste en quitarte las ataduras que te ponen los demás, pero tener siempre en cuenta las consecuencias de lo que haces. Por un momento es volar muy alto en el cielo; por otro, tener firmes los pies en la tierra.
El extremo opuesto
El concepto opuesto a la “libertad” es la sujeción, estar sujeto a algo, “amarrado” a un lugar, una persona o una situación. La principal consecuencia de permanecer así es un retraso en el desarrollo: un pueblo sujetado por el gobierno no crece ni produce riquezas, un hijo sujetado por sus padres no aprende a tomar sus determinaciones, una esposa sometida por su marido no puede trabajar ni estudiar. Por otra parte, quien sujeta a los demás les está quitando la oportunidad de disfrutar la vida.



CONCLUSION
Descubrí que los valores no son normas de conducta sino  virtudes prácticas que corresponden a la ejecución de la conducta, y sirven para vencer las contingencias y obstáculos de la vida.
Identifique que los valores que aprendemos en casa no son únicamente del hogar sino que son universales y requerimos de ellos para una mejor integración con la sociedad.
También me di cuenta que estos valores son indispensables en nuestra educación y por ende en las aulas de clases se han incorporado materias como ética y valores, orientación educativa, formación cívica y ética, etc. para fomentar e internalizar los mismos. Generando así una educación integral.



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